UN CASO QUE CONSTERNÓ A ESPAÑA Y EL MUNDO
13 junio, 2021La localización del cuerpo de una de las dos hermanitas desaparecidas en Tenerife el pasado 27 de abril ha causado conmoción en muchos hogares de España. Se han cumplido los peores augurios lanzados tras la localización a 1.000 metros bajo el agua de una prenda térmica y de una botella de oxígeno perteneciente al presunto parricida, Tomás Gimeno. El horror procede de la profundidad del mar y de la mente del supuesto asesino de sus propias hijas. Esta vez el odio le ha ganado la partida al amor; la maldad a la bondad.
Psicólogos y psiquiatras tratan de dar una explicación basada en la ciencia que permita entender el mecanismo criminal de los hechos, pero no del suceso, que resulta indescifrable salvo parcialmente sino no es para enmarcarlo en una terrible y macabra venganza.
Todo indica que Gimeno quiso castigar a la madre de las niñas, de la que se había separado unos meses atrás. Cumplir la terrible palabra dada: “No volverás a ver a las niñas”. Y ciertamente ese parecía el plan cuando dejó caer a su hija Olivia de seis años, dentro de una bolsa con lastre, en el lugar donde los rescatadores del buque oceanográfico Ángeles Alvariño.
El reloj de la esperanza se ha detenido.
