
Pinot, la gran esperanza francesa para ganar el Tour
23 julio, 2019Su espíritu de lucha lo pone como candidato a pelear por el título. incluso más que Alaphilippe.
Thibau Pinot emerge como salvación del ciclismo de Francia. Si bien el Tour de ese país vive la felicidad por tener como líder a uno de sus ciclistas, pues lo que ha hecho Pinot los llena de ilusión para, por fin, poder ganar la carrera y poner fin a una sequía de 34 años.
El líder del equipo Groupama es el corredor más fuerte de la competencia. No hay uno como él. No existe en el lote un pedalista más ambicioso que el hombre de 29 años, nacido el 29 de mayo de 1990.
Es la gran alternativa francesa después de la debacle de Romain Bardet, a quien en el 2016 y 2017 fue podio, pero esta vez no ha podido responder y no tiene opciones de luchar por el título. Por eso es que Pinot es el que lleva esa responsabilidad, es la segunda carta, y para muchos la primera, después de Alaphilippe, que el domingo mostró debilidad.
Pinot comenzó en el ciclismo cuando tenía ocho años. Su papá, Régis, lo acompañaba a competir en carreras cercanas a la casa, al lado de su hermano, Julien, quien también practicó el ciclismo. Ganó el Tour de Guadalupe en la categoría juvenil, una victoria que le sirvió para darse cuenta de que el ciclismo era lo suyo.
Creció viendo al español Miguel Induráin ganar cinco veces el Tour de Francia, la carrera de su país, la que él no se perdía cuando la pasaban por televisión.
En el 2010 llegó al profesionalismo. Pinot firmó con el equipo de su país, el Franciase des jeux, con quien tuvo un estreno impresionante: fue quinto en el Tour de Finistere y después ganó los premios de montaña de la Vuelta a Romandía, una carrera grande.
Pero el tercer lugar en la sexta etapa del Criterium Dauphine, la que ganó Dani Navarro, fue clave en su vida. Esa vez, el francés terminó en la casilla 20 en la general y se dio cuenta le podía rendir, que tenía con qué responder.
Sin embargo, Thibaut Pinot no ha ganado mucho. Si bien en su cuenta hay 31 victorias, solo el Giro de Lombardía del 2011 es la única victoria en una general del World Tour, la máxima categoría del ciclismo.
El Tour es su ilusión. Lo corre por sexta vez, y su mejor participación fue en el 2014, cuando terminó en el podio, de tercero, detrás de Vincenzo Nibali, el campeón, y de su compatriota, Jean Peraud.
En esa carrera ha ganado dos etapas: una en el 2012 y la del sábado pasado en el Torumalet.
Su historia en el Giro ha sido buena. Ha estado en él en dos ocasiones: fue cuarto en el 2017, el que ganó Tom Dumoulin y segundo fue Nairo Quintana, y el año pasado se retiró.
La Vuelta a España la ha corrido en tres ocasiones. Fue séptimo en el 2013, se retiró un año después y fue sexto el año pasado.
Pinot está en plena madurez. Es cuarto en la general a 1 minuto 50 segundos del líder, Alaphilippe, pero está a solo 3 segundos de Steven Kruijswijk, tercero, y tiene a Geraint Thomas a 15 s.
Se ha caracterizado por el ser el ciclista que ataca. En las dos últimas etapas de montaña, sábado y domingo, fue el que rompió el grupo y eso le ha servido para meterse en la pelea.
“Mereció la pena arriesgar al final y hacer valer el trabajo de un equipo ofensivo y sólido”, dijo Pinot.
Y agregó: “He sacado tiempo a todos y eso está bien, pero hay que continuar, vamos por la general y quedan jornadas muy difíciles. Hasta el momento la táctica ha funcionado perfectamente. David Gaudu ha hecho un gran trabajo y todos los demás. El equipo es ofensivo y sólido”.
No hay duda que los franceses anhelen la victoria de uno de sus ciclistas en su carrera y en ese orden de ideas Pinot es al que le apuntan. Llegan los Alpes y allí es donde él tiene que confirmar su poderío, experiencia, potencia en la montaña y dejar de lado ese estigma que lo persigue que no es un corredor de tres semanas.