
La fiesta del Inti Raymi
20 junio, 2019Con el solsticio de invierno regresa la algarabía al Tahuantinsuyo. Entre el 20 y el 23 de junio, el territorio incaico le rinde homenaje, como en el siglo XV, a la máxima divinidad, el sol. Según la cosmovisión andina, en esa época el sol volvía a comenzar su ciclo. A esta legendaria fiesta se le conoció antiguamente como Wawa Inti Raymi y fue instaurada por Pachacutec, el noveno gobernante del Estado Inca.
Con este ritual, Pachacutec buscaba reorganizar política-administrativamente el imperio y el control imperial de los pueblos conquistados. Este gobernante Inca, además de legar esta grandiosa fiesta, se dice que mandó a construir Machu Picchu, que en el año 2007 fue elegida como una de las siete maravillas modernas.
En la víspera del Inti Raymi en la plaza Huacaypata (hoy plaza mayor del Cusco) se concentraban los personajes más importantes del imperio como generales, príncipes, gobernadores y el emperador Inca, todos ataviados y empuñando sus escudos y cetros.
Al respecto Garcilazo de la Vega describió la celebración y quienes concurrían a ella: «Los curacas, señores de vasallos, de todo el imperio […] con sus mayores galas e invenciones que podían haber». «tres días no se comía sino un poco de maíz blanco, crudo, y unas pocas de yerbas que llaman chúcam y agua pura. En todo este tiempo no encendían fuego en toda la ciudad y se abstenían de dormir con sus mujeres». Para la ceremonia misma, las vírgenes del Sol preparaban unos panecillos de maíz.
Ese día, el soberano y sus parientes esperaban descalzos la salida del sol en la plaza. Puestos en cuclillas («que entre estos indios es tanto como ponerse de rodillas», aclara el cronista), con los brazos abiertos y dando besos al aire, recibían al astro rey. Entonces el Inca, con dos vasos de madera brindaba la chicha de jora: del vaso que mantenía en la mano izquierda bebían sus parientes; el de la derecha era derramado y vertido en un tinajón de oro.
Después todos iban al Coricancha y adoraban al sol. Los curacas entregaban las ofrendas que habían traído de sus tierras y luego el cortejo volvía a la plaza, donde se realizaba el masivo sacrificio del ganado ante el fuego nuevo que se encendía utilizando como espejo el brazalete de oro del sacerdote principal. La carne de los animales era repartida entre todos los presentes, así como una gran cantidad de chicha, con la que los festejos continuaban durante los siguientes días”.
Con la llegada de los Españoles la majestuosa fiesta del Inti Raymi se eclipsó, fue prohibida. Sin embargo, desde el año 1944 la fastuosa fiesta del sol se ha vuelto a celebrar como en antaño. Hoy es una de las celebraciones más importantes de Perú. En la actualidad la fiesta del Inti Raymi es una reivindicación de la cultura Inca y un gran atractivo turístico. La conmemoración al sol incluye danzas, representaciones y trajes típicos. Las celebraciones se realizan en el Coricancha o templo del Sol, en la Plaza de Armas o plaza del guerrero y en Sacsayhuaman.