
Edgar López
24 junio, 2021Era todo un maestro del arte y la danza, aunque también trabajaba al servicio de los ecuatorianos en Madrid. Cuando entrevistamos a Edgar Efraín López López no nos podíamos imaginar que sería víctima del temible coronavirus, que se cobró su vida el pasado 3 de abril de 2020. Conciliaba su trabajo consular, con él de director y coreógrafo de la agrupación de baile Ballet QUITUS. Nos explicó que debía su nombre al idioma ancestral tsafiki: “La palabra significa tierra de la mitad porque en la montaña de Puntiachil, que está cerca de Quito, los pueblos pre-americanos quitus subían cada 20 de marzo allí a un ritual. Es el día que el sol se acerca más a la Tierra”.
La escuela Quitus trabaja desde hace “más de 40 años en una investigación de campo para saber los géneros musicales y las tradiciones ancestrales que existen en la historia del Ecuador”. Eso sí, el que era su grupo se fundó en 1995.
“Somos embajadores de la cultura ecuatoriana aquí en Europa y nuestro grupo no solo danza, sino que se mueve como otros artistas”, nos concretó. Actualmente sus 25 integrantes concilian su talento con otra ocupación laboral. “Yo ahora estoy en el consulado, en el departamento de pasaportes”, nos revelaba.
En Ballet QUITUS practican “estilos y técnicas, expresión y elasticidad”, relacionado todo con la danza ecuatoriana. Luego, llevan al escenario esos “festejos culturales de pueblos andinos, afrodescendientes y mestizos del Ecuador”. Ya han mostrado su repertorio hasta en “13 festivales internacionales”, representando el pasillo ecuatoriano o la que el coreógrafo denomina “Sara Sisa”, entre otras: “Hemos retomado el arroz quebrado, el Toro Rabón, el foxtrot y todos los ritmos afroecuatorianos como el torbellino o el andarele”, nos detalló.
El director nos aseguró, además, que él trataba de mantener “la realidad ancestral de lo que era el traje tradicional”, pues después este ha ido evolucionando como la cultura. Esa que él veía “inquieta, que progresa y se reproduce”. “No sé si es bueno o malo, pero sí nos hace más ricos en arte y personas. Es precioso porque aprendes de árabes, europeos, flamencos…”, pensaba.
Don Edgar, nos admitía que lo que mantenía vivo a su grupo era “el conocimiento” y ahora danza en el cielo cuidando a su familia lo primero ya que está siempre lo apoyaba con estas iniciativas y guiando a cada uno de sus integrantes del Ballet. Si estás interesado en descubrir la cultura histórica de Ecuador a través de la danza, contacta por la página de (SIMBOLO DE FACE) Ballet Quitus, donde el grupo coge el legado que Edgar transmitía y se sienten en la obligación y capacidad de continuar responsablemente.
Nos unimos al pésame de este gran artista, que dedico su vida a enseñarnos el arte de la danza ecuatoriana, así lo reconoce la Casa de la Cultura en Ecuador Benjamín Carrión, decir que su alma debe estar libre volando entre las nubes del cielo, entre los rayos del sol, y dejándonos aquí solo un pequeño haz de lo que fue su vida.